viernes, 16 de enero de 2015

Los objetivos de esta Area Protegida son:

  • La necesidad de mantener inalterada una muestra representativa del Bosque Húmedo Tropical con rasgos típicos de ecosistemas de la región y ser fuente alimenticia para las comunidades indígenas ahí asentadas.
  • Conservar el área como un laboratorio natural para las investigaciones de los ecosistemas tropicales y brindar oportunidades para el conocimiento.
El Yasuní es de fundamental importancia para la conservación global, debido a que es una de las pocas "áreas protegidas estrictas" (Parques Nacionales de IUCN Categoría II) en la región de la Amazonía Occidental, además ha sido declarado por la WWF como una de las 200 ecoregiones prioritarias más importantes para proteger en el mundo y la Wildlife Conservation Society (WCS) escogió al Yasuní para su eminente Programa de los Paisajes Vivientes.
Esta maravilla de la naturaleza se encuentra en el llamado Refugio del Pleistoceno Napo, desde hace 1.64 millones de años, un espacio de vida formado durante los cambios climáticos del período cuaternario. En el que hubo una alteración entre climas secos y húmedos, donde las selvas amazónicas crecían o se encogían.  En los períodos secos, se formaron islas de vegetación que sirvieron de refugio de especies de flora y fauna, y que constituyeron centros de formación de nuevas especies. Una de estas islas estuvo ubicada en la Amazonía Ecuatoriana, en lo que ha sido declarado Parque Nacional Yasuní.
El río Napo es el principal afluente del gran río de las Amazonas y la arteria principal del Parque Nacional Yasuní, es la base cultural, económica y de vida de la amazonía ecuatoriana. Recorre 1.800 km desde los Andes hasta el Amazonas. Este río fecunda la madre selva, pero es también la vía de comunicaciones y comercio de las comunidades asentadas en las riberas.
La red hídrica del Yasuní la conforman un enjambre de ríos mágicos como el Tiputini, Shiripuno, Cononaco, Nushiño, Indillana, Yasuní, Tiguano, Nashiño, Curaray, Tiguino, Cuchiyacui, Tivacuno, Rumiyacu y otros brazos de agua que alimentan al Amazonas.
Algunos hilos de río corrieron su propio destino a hacerse bellísimas lagunas, llenas de misterio y riqueza. Ahí duermen nidos de agua: Jatuncocha, Pañacocha, Añangucocha, Garzacocha, Zancudococha, Lagartococha, Yuturi, Eden, Limoncocha. Ahí danzan para su público milenario, los últimos delfines rosados, perseguidos paiches, soberbios caimanes, mientras aplauden desde los chontaduros, los invitados trepadores.

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